Estas dos pelotas tienen una cosa en común: por su forma son fáciles de agarrar para los más pequeños. Podemos ofrecer cualquiera de estas dos pelotas a bebés a partir de los tres meses aproximadamente (aunque podrá acompañar al niño a lo largo de su desarrollo adaptándose a sus necesidades de juego en cada momento). Además, si se les escapa, no rodará muy lejos; por lo que podrán alcanzarla con relativa facilidad cuando comiencen a reptar.
Pero también tienen algunas diferencias. Vamos a intentar desgranar sus características a continuación.
Pelota Pikler
- Material: esta pelota está fabricada en mimbre o médula de junco, un material natural.
- Tamaño: dependiendo del fabricante las podemos encontrar de entre 8 y 12 cm de diámetro aproximadamente.
- Características sensoriales: al tacto es un material cálido y rígido; si la lanzan hace un ligero ruido al chocar contra el suelo; visualmente tiene un color neutro.
- Posibilidades de juego: durante los primeros meses, cuando el bebé todavía no se desplaza, podemos atar a la pelota un pañuelo para que le sea más fácil recuperarla si se le escapa de las manos. También podemos poner algún objeto dentro para que la pelota haga de sonajero. Cuando el bebé se voltee, la pelota favorecerá que comience a reptar y/o gatear, ya que esta no rodará muy lejos y podrá moverse para recuperarla por sí mismo. Más adelante, cuando repte o gatee con soltura podrá empujarla y perseguirla, lanzarla, etc.
Pelota Montessori
- Material: pelota realizada en tela (si es 100% algodón, mejor). También las podéis encontrar de ganchillo.
- Tamaño: podemos encontrarlas de entre 12 y 15 cm de diámetro aproximadamente.
- Características sensoriales: al tacto es suave y blandita (tanto si escogéis la de tela como si preferís la de ganchillo); dependiendo de si lleva dentro un cascabel o no, producirá un sonido suave; visualmente es más llamativa que la pelota Pikler, aunque esto dependerá de los colores de la tela.
- Posibilidades de juego: durante los primeros meses el bebé podrá agitarla y llevársela a la boca sin peligro. Según vaya avanzando y comience a reptar y gatear, podrá lanzarla y perseguirla, hacerla rodar, etc. Igual que la pelota Pikler, podrá acompañar al bebé a lo largo de su desarrollo. Si escoges la pelota de ganchillo, tu peque también tendrá la posibilidad de encajar sus piezas como si fuera un puzzle, ya que se hace de dos piezas que se encajan entre sí.
¿Ya sabes cuál prefieres?
Realmente son muy similares, ambas se pueden utilizar desde los primeros meses de vida y favorecen el movimiento.
A mi… ¡me encantan las dos!