Los cuentos son un recurso maravilloso que tenemos maestros, educadores y familias para trabajar prácticamente cualquier cosa. Cuando hablamos de valores, puede resultar mucho más fácil transmitirlos a través de un cuento, un poema o una fábula que con una «clase magistral».
A largo de nuestras vidas pueden darse casos en los que necesitemos trabajar en equipo o la ayuda de otros para conseguir nuestros objetivos. Conocer nuestras limitaciones y saber pedir ayuda también es importante.
En este post quiero compartir con vosotros algunos cuentos para tratar en el aula, o en casa, el tema del trabajo en equipo, la cooperación y la ayuda.
El pequeño conejo blanco
El protagonista de este cuento, como indica su título, es un pequeño conejo blanco. El pequeño conejo blanco tiene un problema… La cabra cabresa ha entrado en su casa y no sabe como echarla. A lo largo de la historia pide ayuda a varios animales que, un poco asustados, no saben como ayudarle. Finalmente, la hormiga, la más pequeña, ayudará al pequeño conejo blanco a volver a entrar en su casa; y al final, todos juntos, disfrutarán de un rico caldo.
¿A qué sabe la Luna?
Varios animales quieren saber a qué sabe la Luna pero… ¡está tan alta! Ninguno llega ni siquiera a rozarla. Pero… ¿y si lo intentan todos juntos? Van subiéndose unos encima de otros para formar una torre tan alta, tan alta, que consiguen darle un mordisquito. De uno en uno no lo habrían conseguido.
Nadarín
Nadarín es un pez pequeño que convive con un grupo de peces que no son exactamente como él; por eso el día que un atún les ataca… es el único superviviente. Comienza a descubrir el océano hasta que un día se encuentra con un banco de peces de su misma especie. Esos peces, que son igual que él, viven escondidos y con miedo. Pero Nadarín, que ha visto que el mundo es maravilloso, les convence para unir fuerzas y salir de su escondite. ¡Juntos no temerán a ese atún tan grande!
La cebra Camila
Camila es una cebra y, como todas las cebras, tiene rayas blancas y negras. Pero un día el viento bandido le deja sin rayas, y Camila se pone muy triste. Mientras busca sus rayas por el bosque, se encuentra con varios animales que le hacen sentir mejor regalándole unas rayas un tanto especiales. No son sus rayas… pero Camila vuelve a casa agradecida y un poco menos triste.
El pollito de la avellaneda
El pollito de la avellaneda se atraganta con una avellana y la gallina pide ayuda al ama, que le dice que no tiene zapatos y que avise al zapatero. El zapatero no tiene cuero… y así va la gallina de lado a lado pidiendo ayuda. Hasta que llega a la nube para que le de agua; a partir de ahí parece que los problemas encadenados se van solucionando. Finalmente, el ama puede ayudar al pollito, que termina cantando feliz.